Concupiscencia: significado bíblico

La concupiscencia es un tema importante en la biblia y es fundamental entender su significado y cómo afecta nuestra vida como cristianos. En este artículo, exploraremos qué dice la biblia acerca de la concupiscencia y cómo debemos enfrentarla como creyentes.

Significado Según La Biblia

La concupiscencia es una palabra que proviene del latín y significa «desear intensamente». En el contexto bíblico, se refiere a los deseos carnales y pecaminosos del hombre, que van en contra de la voluntad de Dios. La concupiscencia es un pecado que afecta el alma y es una fuerza que proviene del hombre interior y le hace rebelarse contra Dios.

La Biblia enseña que la concupiscencia es uno de los pecados más antiguos y persistentes, que se remonta a la desobediencia de Adán y Eva en el Jardín del Edén. En Romanos 7:7-8, Pablo explica cómo la ley divina no puede curar la concupiscencia en el corazón del hombre, y que es solo por la gracia de Dios que podemos ser liberados de ella.

Sin embargo, aunque la concupiscencia es un pecado que habita en todos nosotros, tenemos la opción de resistir a sus tentaciones y vivir una vida santa y piadosa en obediencia a Dios. En Colosenses 3:5, se nos exhorta a renunciar a la concupiscencia y a poner nuestra fe en Cristo para que podamos vivir una vida nueva en el Espíritu.

En resumen, la concupiscencia es una fuerza en la vida de los seres humanos que busca llevarlos hacia el pecado y alejarlos de la voluntad de Dios. Sin embargo, a través de la fe en Jesús y la resistencia a sus tentaciones, podemos vencer la concupiscencia y vivir una vida agradable a Dios.

Versículos

A continuación, examinaremos los versículos más relevantes en la biblia que hablan sobre la concupiscencia y cómo estos nos pueden guiar en nuestro camino como seguidores de Cristo.

Romanos 7:7-8

7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Al contrario, yo no hubiera conocido el pecado sino por medio de la ley; porque tampoco habría conocido la concupiscencia, si la ley no dijera: No codiciarás.

Explicación: El apóstol Pablo está respondiendo a la acusación de que la ley de Dios es pecado. Él argumenta que la ley es, en realidad, lo que nos muestra lo que es el pecado. Si no fuera por la ley, no sabríamos qué es pecado. La ley nos muestra lo que es pecado, incluyendo la concupiscencia.

Reflexión: La ley de Dios es una guía para nosotros, que nos muestra lo que es pecado y lo que no lo es. Nos da un estándar para medir nuestra vida y comportamiento. Sin ella, no sabríamos cuáles son nuestras fallas y errores.

Ejemplo: Por ejemplo, si no tuviéramos la ley que dice «no matarás», no sabríamos que matar a alguien es pecado. La ley nos muestra cuál es el camino correcto y cuál es el camino equivocado.

Santiago 1:14-15

Santiago 1:14-15 dice: «Pero cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Luego, la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, después que es cumplido, engendra la muerte.»

Explicación: En estos versículos, Santiago habla de cómo la concupiscencia es la raíz del pecado y, a su vez, el pecado engendra la muerte. Él dice que cada uno es tentado por sus propias deseos carnales y que estos deseos los llevan a pecar.

Reflexión: Estos versículos nos recuerdan la importancia de resistir las tentaciones y controlar nuestros deseos carnales, ya que pueden llevarnos al pecado y alejarnos de Dios. Debemos buscar siempre la guía y fortaleza de Dios para superar las tentaciones y vivir una vida de virtud y santidad.

Ejemplo: Un ejemplo de esto podría ser la tentación de envidiar a los demás por sus riquezas o éxitos. Si caemos en esta tentación, podemos comenzar a actuar de manera pecaminosa, como hablar mal de ellos o tratar de hacerles daño. Sin embargo, si resistimos esta tentación y buscamos la guía de Dios, podemos vivir una vida llena de gratitud y compasión hacia los demás.

1 Juan 2:16

Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo.

Explicación: Este versículo nos habla sobre los tres aspectos que representan todo lo que hay en el mundo: los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. Todos ellos no provienen de Dios, sino del mundo. La concupiscencia, es decir, los deseos egoístas y mundanos, son una manifestación de la influencia negativa que ejerce el mundo sobre nosotros.

Reflexión: Es importante reflexionar sobre la influencia que ejerce el mundo sobre nosotros. Muchas veces caemos en la tentación de seguir sus patrones y deseos, pero es necesario recordar que ellos no provienen de Dios y que, por lo tanto, no nos conducirán a un camino de felicidad y verdad. Es importante mantener una actitud de resistencia y de fidelidad a Dios y sus enseñanzas.

Ejemplo: Un ejemplo de cómo el mundo puede influenciarnos negativamente es a través de la televisión y los medios de comunicación. A menudo vemos imágenes y escuchamos mensajes que nos animan a seguir patrones de consumo, belleza o éxito que no son compatibles con los valores cristianos. Sin embargo, es importante ser conscientes de esta influencia y resistirnos a ella, buscando en todo momento seguir el camino de Dios y su voluntad para nuestra vida.

Colosenses 3:5

Mortificad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: inmoralidad, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;

Explicación: En este versículo, el apóstol Pablo está hablando a los creyentes en Colosas y les está instruyendo a «matar» o despojarse de sus deseos carnales y pecaminosos que están en contraposición a la santidad y la pureza que Dios requiere de ellos. Estos deseos incluyen inmoralidad, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que son considerados idolatría.

Reflexión: Este versículo es un llamado a vivir una vida santa y apartada del pecado. Debemos ser conscientes de los deseos carnales que pueden alejarnos de Dios y esforzarnos por superarlos y controlarlos en lugar de permitir que sean los dueños de nosotros.

Ejemplo: Un ejemplo práctico de este versículo puede ser trabajar en superar la avaricia. En lugar de centrarse en acumular riquezas y bienes materiales, debemos enfocarnos en seguir a Dios y ser generosos con los demás, compartiendo lo que tenemos con aquellos que lo necesitan.

Gálatas 5:16-17

Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos son opuestos el uno al otro, para que no hagáis lo que quisiereis.

Explicación: En estos versículos, Pablo instruye a los cristianos de Galacia sobre la importancia de caminar en el Espíritu de Dios y no en los deseos carnales. Además, explica que estos deseos son opuestos el uno al otro, lo que significa que no podemos seguir a ambos a la vez. Si caminamos en el Espíritu, no seguiremos los deseos carnales y viceversa.

Reflexión: Estos versículos nos muestran la lucha constante que hay dentro de nosotros entre los deseos carnales y el Espíritu de Dios. Es importante que tomemos conciencia de esta lucha y elegir conscientemente seguir al Espíritu y no a los deseos carnales. Si hacemos esto, tendremos una vida más plena y en armonía con la voluntad de Dios.

Ejemplo: Un ejemplo de seguir los deseos carnales en lugar de caminar en el Espíritu podría ser cuando alguien se enoja y responde de manera violenta en lugar de controlar su ira y actuar con amor y paciencia, como lo enseña el Espíritu.

Consejos para combatir la concupiscencia

La lucha contra la concupiscencia es una de las mayores batallas que podemos enfrentar como seguidores de Dios. Aquí compartimos algunos consejos basados en la biblia para ayudarte a vencerla.

1. Mantente en comunión con Dios

La comunión con Dios es esencial para fortalecer tu fe y mantenerte fuerte ante la tentación. Busca tiempo diario para orar y leer la biblia. La escritura dice en Mateo 26:41 que «velad y orad, para que no entréis en tentación». Mantenerte en comunión con Dios te ayudará a resistir la concupiscencia.

2. Rodéate de amigos positivos

Los amigos y compañías que tenemos pueden tener un gran impacto en nuestra vida. Por eso, es importante rodearnos de personas que nos apoyen y nos ayuden a crecer espiritualmente. La escritura dice en Proverbios 13:20 que «el que anda con sabios, será sabio; mas el compañero de los insensatos, será quebrantado».

3. Busca ayuda si es necesario

Si la concupiscencia te está afectando de manera significativa, no dudes en buscar ayuda. Habla con un líder espiritual, un consejero o un amigo de confianza. No te sientas avergonzado o solo, hay muchas personas que están luchando con problemas similares. La escritura dice en Santiago 5:16 que «confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados».

4. Mantente ocupado en actividades positivas

Mantenerte ocupado en actividades positivas puede ayudarte a desviar la atención de la tentación. Practica deportes, haz voluntariado o encuentra un pasatiempo que disfrutes. La escritura dice en 1 Corintios 10:13 que «no os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar».

5. Cultiva la autodisciplina

La autodisciplina es crucial para superar la concupiscencia. En 2 Timoteo 1:7, se dice: «Porque no nos dio Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio». Al cultivar la autodisciplina, podemos controlar nuestros pensamientos y acciones, y resistir las tentaciones de la concupiscencia.

6. Busca constantemente el perdón de Dios

Aunque seamos cristianos, aún somos humanos y es posible que caigamos en la concupiscencia. Sin embargo, en 1 Juan 1:9 se dice: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad». Buscar constantemente el perdón de Dios y confesar nuestros pecados es un paso esencial para vencer la concupiscencia y mantener nuestra relación con Dios fuerte y saludable.

Conclusión

La concupiscencia es un desafío para cualquier creyente, pero gracias a los versículos bíblicos, podemos comprender mejor cómo debemos abordarla y superarla. Al seguir las enseñanzas de la biblia y confiar en la guía del Espíritu Santo, podemos vencer la concupiscencia y vivir una vida plena y satisfactoria en Cristo.

1 comentario en “Concupiscencia: significado bíblico”

  1. Gracias, por una vez más aclararnos las dudas con respecto al pecado de la concupiscencia. Muy bien explicado. Que el Señor los siga usando grandemente para so obra.

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